De los elementos de protección que son empleados por los deportistas, el que mejor ha demostrado su utilidad para prevenir lesiones es el protector bucal.
El propósito del protector bucal es distribuir la fuerza de los impactos recibidos en una situación de contacto, disminuyendo la posibilidad de sobrecargas puntuales.
No solo protege la arcada dentaria superior, sino que hace solidarios el maxilar superior con el inferior, evitando así también algunas fracturas de mandíbula.
Existen múltiples estudios que indican que el uso de protector bucal reduce la incidencia de lesiones en partes blandas (encías, labios y lengua), huesos y dientes de la boca, fracturas de mandíbula y hasta lesiones cervicales. Incluso un estudio de Nueva Zelanda comunicó una disminución de 47% en los reclamos por lesiones dentarias con la imposición del uso obligatorio del protector bucal.
“El protector bucal más acertado es aquel que se confecciona a medida, pues al calzar perfectamente en la boca del deportista no deja espacios sin proteger”,
Un estudio publicado en la revista British Journal of Sports Medicine indica que los que mejor amortiguan los impactos son aquellos confeccionados en acetato vinílico etileno (EVA, según sus siglas en inglés) y elastómeros, con un espesor de 4 a 6 milímetros, y con una pequeña cámara de aire en los dientes delanteros, si son hechos a medida.
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